LAS PERSONAS SON MÁS CASTAS
EN LOS PAISES FRÍOS.
La Enciclopedia francesa (1751-1772) fue un proyecto que intentó la sistematización del conocimiento, en la que
colaboraron los mejores intelectuales de
aquel tiempo, bajo la dirección de Diderot y d'Alembert, con la intención de difundir los
principios de universalidad, verdad, humanidad, autonomía de la razón y
laicismo.
En el articulo dedicado a la “especie humana” se puede leer:
“Todos los pueblos feos son rudos, supersticiosos y estúpidos” y continúa: “Los lapones y los daneses veneran a un gato
negro y gordo. Los suecos llaman al diablo con un tambor. Corren por la nieve
con zapatos de madera con tal rapidez, que dan alcance a los animales más
rápidos… Casi no tienen ninguna idea de Dios ni de religión. A menudo ofrecen a
los extranjeros sus esposas e hijas. Viven bajo tierra… sus mujeres visten
pieles de reno en invierno y plumas de ave en verano.”
Siguiendo con su análisis, afirma Diderot: “los chinos son blandos,
apacibles, indolentes, supersticiosos, sumisos, serviles y ceremoniosos; los habitantes de Yeço (Yangzu, una provincia
de China) son gordos, brutales, sin moral y sin arte, de cuerpos bajos y
obesos, y largos cabellos desgreñados; por contraste, los egipcios son altos y
sus mujeres bajas”. Los europeos salimos bien parados: “ los pueblos de Europa son
los más hermosos y los mejor proporcionados de la tierra”. Se preocupa Diderot
por algunas contradicciones que encuentra en nuestra especie: “Las personas son
más castas en los países fríos que en los climas cálidos. Hay menos personas
apasionadas en Suecia que en España o en Portugal y, sin embargo, las suecas
tienen más hijos”.