EL MIEDO TAMBIEN AGUDIZA EL INGENIO.
Vamos a recordar la historia de aquel perro que se perdió en la selva, de pronto ve que un león se acerca con la clara intención de merendarlo. Muy asustado, ve el perro un montón de huesos de otro animal muerto y empieza a roerlos, diciendo en voz alta: -que rico estaba el león que me acabo de comer. Cuando el León lo oyó, se paró en seco y pensó que se había librado de ser devorado por el perro.
Un mono, que había observado todo el engaño del perro, fue rápidamente a contárselo al león. El león invitó al mono a que le acompañara para que viera como se comía al perro.
Cuando el perro vió venir al los dos e intuyó lo que había pasado, en vez de huir, volvió a roer los huesos y dijo: -¡Maldito mono! ¡Hace media hora que le mandé que me trajera otro león y todavía no ha vuelto!