Manifestación por la inclusión educativa.
Las propuestas
de los modelos
médico-rehabilitadores y de las respuestas educativas tradicionales para
la diversidad humana son
espejismos ilusionantes, en
el mejor de los casos, o una justificación de la segregación en
centros asistenciales o de educación
especial, en la mayoría de los casos. Imponer
a las personas procesos
uniformes, con la disculpa de mirar por
su salud y bienestar, que los coaccionan para que se adecuen al cliché social normativo, aunque tengan que
pagar un alto precio: desde
invisibilidad, la marginación o la propia vida es una perversión y una
injusticia.