23 F + 1.
Han pasado 44 años y un día desde aquel 23 de febrero de 1981, cuando la aún recién nacida democracia española estuvo a punto de irse al carajo, en un intento de golpe de estado, encabezado por el teniente coronel Tejero. Tricornio en la cabeza, bigote bajo la nariz y pistola en mano, entró en el parlamento español, gritando aquello de “al suelo todo el mundo” y disparando al techo para hacer más efectivo su grito. Éramos jóvenes, felices, indocumentados y concienciados de que la dictadura recién desaparecida no había traído nada bueno y que no debería volver.
A la vista de los que está pasando en el mundo, si hoy se produjera un intento similar, no sé donde iríamos a parar.