DECIR ES HACER CON PALABRAS.
Las palabras son instrumentos multiuso; nos permiten hacer múltiples
cosas: podemos ahorrarlas; alzarlas; darlas; tomarlas; decir las últimas;
dirigirlas; comerlas; tragarlas; llevarlas; cambiarlas; soltarlas; tenerlas o
mantenerlas. En ocasiones, las palabras nos pueden pesar; faltar; no tenerlas o
desperdiciarlas. A veces decimos las cosas en una; en dos, o en pocas, o
tenemos cuatro; o las tenemos “mayores”. Pueden ser, también, de honor;
divinas; al viento; gruesas; libres; cautivas; cruzadas; mágicas; ocultas;
polisémicas; largas; vacías; malditas; llenas de sentido y a medias.
En el hablar conviene que seamos cortos y comedidos ya que pocas cosas hay en
la vida que necesiten ser tan guardadas, cautelosas y sopesadas como las
palabras.
Para entrar a formar parte de la academia de Pitágoras era necesario pasar cinco años en riguroso silencio. A los candidatos que ya tenían una personalidad serena y centrada, les bastaban dos años de silencio absoluto.