¿QUIÉN DIJO MIEDO?

En la Segunda República Española, unos empresarios: Strauss, Perlowitz y Lowann introdujeron en España una ruleta eléctrica amañada llamada “Straperlo”. Para que el juego fuera legalizado, sobornaron a varios políticos, miembros del gobierno de Alejandro Lerroux, del Partido Radical.

La corrupción salió a la luz cuando Strauss, tras sentirse estafado por no recibir los beneficios prometidos, denunció públicamente el caso. Esto provocó un gran escándalo en 1935 que hundió al Partido Radical, debilitó la Segunda República y generó una enorme pérdida de confianza en las instituciones políticas.

El nombre “estraperlo” quedó tan marcado en la memoria colectiva que pasó a utilizarse para referirse a cualquier actividad fraudulenta, corrupta o ilícita. Sobre todo al acabar la Guerra civil, cuando la dictadura franquista implantó un sistema de racionamiento, donde productos básicos como pan, aceite, azúcar, café o gasolina se distribuían con cartillas de racionamiento. Mucha gente recurrió al mercado negro para conseguir ilegalmente lo que escaseaba. Por ejemplo, los agricultores vendían alimentos a escondidas a precios mucho más altos y los transportistas burlaban los controles del gobierno para llevar productos a zonas donde escaseaban.

Una paisana de Campohermoso cargaba las alforjas de su burra y, todas las noches, por el monte, se dirigía hacia la capital para vender bajo cuerda sus productos agroalimentarios. Los vecinos le preguntaron si no tenía miedo de que, en la oscuridad de la noche, le salieran los lobos o los delincuentes que se emboscaban en los robledales. Contestó que ningún miedo la asaltaba, porque si le salían los lobos, les echaría la burra y, si fueran los emboscados, ella se escharía a ellos.