el cazurro ilustrado

17 agosto 2009

Rescate caprino.



La relación costo-beneficio en la cría de cabras de la montaña leonesa es tan favorable al beneficio que bien merecería este animal, sino un monumento si un elogio a tan buenos resultados para las economías domésticas, con un mínimo esfuerzo invertido.
Salen las cabras de los establos aún cuando la nieve no ha desaparecido de las montañas y regresan con la primera nevada copiosa. Pueden haber pasado ocho meses en las fuertes pendientes de roca caliza de difícil tránsito por las que se mueven ágiles y rápidas. Soportan con sobresaliente capacidad condiciones climáticas extremas. Rentabilizan al máximo la pobre vegetación y hasta los matorrales espinosos. Huyen de sus enemigos naturales (los lobos) con tanta diligencia que apenas se producen bajas, pero en ocasiones su lucha por la supervivencia hace que, en esa huida de las fauces de los lobos, se metan en precipicios de los que no pueden salir. Hablan entonces los pastores de “cabras empenadas”.
Estas que veis es las fotos llevaban una semana entera en el precipicio, sin poder avanzar ni retroceder, sin agua ni comida, sin ningún tipo de apoyo emocional ni material de sus congéneres ni de sus dueños, hasta que por fin se organizó su rescate. Eran cinco. Habían tenido una perdida significativa de peso, pero estaban vivas. No sin riesgos, los humanos las rescataron de una muerte segura, devolviendo el favor que ellas vienen haciéndoles desde tiempo inmemorial.