¿QUIEN TE ESQUILO QUE LAS OREJAS NO TE CORTÓ?
Antes de que comience a apretar el calor, es tiempo de esquilar a las ovejas. Se hace desde tiempo inmemorial, por diversas razones. Hubo un tiempo en el que la venta de la lana a los países del norte de Europa era un negocio tan rentable que España se llenó de ovejas y El concejo de la mesta tubo tanto poder como la inquisición. Los reyes católicos concedieron muchos privilegios a los pastores en perjuicios de los agricultores. Valía tanto la lana que fue el origen el dicho: “ir por lana y salir trasquilado” que hace referencia a cuando una oveja abandonaba el rebaño y alguien la trasquilaba, por el alto precio de la lana. Hoy la lana no vale nada y se las esquila para facilitar su bienestar, porque sería muy difícil afrontar el caluroso verano con un denso vellón de lana.
Cuando se veía a un niño con el pelo cortado se le preguntaba: -¿Quién te esquiló que las orejas no te cortó? A lo que el niño contestaba: - Mi abuelo Baltasar, que no me las quiso cortar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario