el cazurro ilustrado

29 abril 2007

Hambre y juego.


Quinientos años antes de nuestra era, los Lidios, también llamados Meonios, fueron los primeros en acuñar monedas de oro y plata y los primeros en tener tabernas para beber vino y tiendas de comestibles. Fueron, además, los inventores de muchos juegos que llegan hasta nuestros días.
Según cuenta Herodoto, en el reinado de Atis el hijo de Manes, se experimentó en toda la Lidia una gran carestía en víveres, que toleraron algún tiempo con mucho trabajo; pero después, viendo que no cesaba la calamidad, buscaron remedios contra ella, y discurrieron varios entretenimientos. Entonces se inventaron los dados, las tabas, la pelota y todos los otros juegos menos el ajedrez, pues la invención de este último no se lo apropian los lidios: como estos juegos los inventaron para divertir el hambre, pasaban un día entero jugando, a fin de no pensar en comer, y al día siguiente cuidaban de alimentarse, y con esta alternativa vivieron hasta dieciocho años.
Era de esperar que una vez desparecida la causa (el hambre) que las provocó, se evaporasen las conductas (los juegos), sin embargo, se comprueba que los comportamientos humanos, una vez adquiridos, se mantienen en el repertorio de los sujetos independientemente de que se disipen los primeros estímulos que los elicitaron, porque ya aprendidos, son las consecuencias quienes los mantienen. Así, con la panza llena, acuden los humanos al juego. Lo mismo da que sea un casino, un frontón, una mesa con naipes en cualquier taberna, un sudoku en la página de pasatiempos de un periódico o una página web diseñada a tal efecto. No el hambre, aunque estuvo en el origen, sino las contingencias hacen del “ homo sapiens” un “homo ludens”, hasta el punto de que si revertiéramos la situación y volviéramos a las hambrunas, disminuiría la frecuencia y quizás también la intensidad y la duración de los juegos.

26 abril 2007

Educación, violencia y genética.

Un matrimonio vecino del barrio gijonés de La Calzada ha solicitado a la Consejería de Asuntos Sociales del Principado que asuma la tutela de su hija adolescente de 13 años para reeducarla ya que, según la madre, no son capaces de controlarla. Era costumbre muy guardada en Roma que todo ciudadano, cuando cumplía 10 años, no anduviese vagando por las calles. A esta edad debían aprender un oficio, estudiar o alistarse en el ejército. Sus leyes ordenaban que los padres tuvieran muy bien corregidos a sus hijos y si algún muchacho no había aprendido un oficio o hacía alguna travesura, recibían pena el padre y el hijo, porque decían que no había cosa que más vicios engendrara en los pueblos que el descuido de los padres y el atrevimiento de los hijos.
Dejó ordenado Licurgo en Esparta que la educación durara aún en la edad adulta; para ello a nadie se le dejaba que viviese según su gusto, sino que la ciudad era como un campo donde todos guardaban el orden de vida prescrito, ocupándose en las cosas públicas, porque los hijos no eran suyos, sino de la patria. Así, todos los ciudadanos, mientras no se les ordenara otra cosa, se ocupaban supervisar lo que hacían los jóvenes; en enseñarles alguna cosa provechosa, o en aprenderla de los más ancianos.
En contra de la opinión de romanos y espartanos, se tiende hoy en la educación a la permisividad, a pasar poco tiempo con los hijos, a suministrarles bienes materiales en abundancia, a hacerles ver que los derechos están por encima de los deberes y a tolerarles todo para hacerles incapaces de tolerar la frustración.
Cuando surgen dificultades en los procesos formativos, en vez de analizar qué está pasando (las experiencias vividas, el entorno en que nos desenvolvemos o los "valores" de la sociedad que nos cobija) se buscan genes, enfermedades, síndromes o etiquetas responsables de los comportamientos inadecuados y si no se encuentran se intuyen o profetizan, tratando de eximir de responsabilidad al individuo, queriendo hacernos creer que las causas de la conducta están en la biología y transformándonos en autómatas sometidos al capricho del destino genético y/o biológico. Lejos de mi intención está culpabilizar a los padres, pero una vez más buscamos la llave donde hay luz y no donde la hemos perdido.

25 abril 2007

Más preguntas y respuestas.


Cuenta Diogenes Laercio que los griegos no dejaban que ningún filósofo extranjero leyese en la academia sin que antes fuese examinado sobre filosofía natural y moral. A un filósofo tebano que quería quedarse en Atenas le hicieron estas preguntas y éstas fueron sus respuestas:
- ¿Cuál es la causa de que una mujer sea mala, aunque la naturaleza la haya provisto de vergüenza?.
Respondió el tebano: “La mujer no es mala sino porque le sobra soltura y le falta vergüenza.”
-¿Por qué se pierden los mozos?.
Respuesta: “Los mancebos no se pierden sino porque les sobra tiempo para hacer mal y les faltan maestros que los constriñan a bien.”
-¿Por qué los hombres prudentes se engañan como se engañan los simples?
Respuesta: “El sabio nunca se engaña si no es de hombre que tiene las palabras buenas y por otra parte tiene las intenciones malas.”
-¿Cuál es el hombre de quien más se debe guardar el hombre?
Respuesta: “No hay en los hombres peor enemigo que aquél que ve en ti lo que él esperaba para sí.”
-¿Por qué muchos príncipes comienzan bien y acaban mal?
Respuesta: “ Los príncipes comienzan bien, porque su natural es bueno; y acaban mal, porque no hay quien les vaya a la mano.”
-¿Por qué los príncipes hacen tan grandes desafueros?.
Respuesta: “Porque sobra quien les ofenda con lisonjas y falta quien los sirva con verdades.”
-¿Por qué los hombres antiguos fueron tan sabios y por contrario los hombres de ahora son tan simples?
Respuesta: “Porque los antiguos no procuraban sino saber y los presentes no trabajan sino por tener.”
-¿Por qué en las casas de los príncipes y grandes señores se crían tantos viciosos?.
Respuesta: “Porque les sobra el regalo y les falta el consejo.”
-¿Por qué los más de los hombres viven desasosegados y muy pocos viven quietos?
Respuesta: “No hay hombre desasosegado sino el que muere por lo ajeno y tiene en poco lo suyo.”
- ¿En qué se conoce que la república está perdida?
Respuesta: “No hay república perdida sino en la que los mozos son livianos y los viejos son viciosos.”
- ¿Con qué se sustenta la república?
Respuesta: “No puede perecer la república en la cual hay justicia para los pobres, castigo para los tiranos, peso y medida en los mantenimientos y, sobre todo, si hay mucha disciplina en los mozos y poca codicia en los viejos.”

24 abril 2007

Respuestas de un tal Tales de Mileto.


Según Herpimo, Tales de Mileto daba las gracias a la fortuna por tres cosas: "la primera, por haber nacido hombre y no bestia; segunda, varón y no mujer; tercera, griego y no bárbaro".
Refiere también que dijo que “entre la muerte y la vida no
hay diferencia alguna”;
le argumentó uno diciendo: “Pues ¿por qué no te mueres tú?». Respondió: “Porque no hay diferencia”.
Preguntado qué cosa era difícil, respondió: “El conocerse a sí mismo”. E interrogado sobre qué cosa era fácil, dijo: “Dar consejo a otros”.
Consultado sobre qué cosa era muy grata, dijo: “Conseguir lo que se desea”. Siguió el interrogatorio: “ ¿Qué cosa vemos raras veces?”. Respuesta: “Un tirano viejo”. “¿Cómo sufrirá uno más fácilmente los infortunios?”. Respuesta “Viendo a sus enemigos peor tratados de la fortuna”. “¿Cómo viviremos mejor y más santamente? “ Respuesta: “No cometiendo lo que reprendemos en otros”. “¿Quién es feliz?”. Respuesta: “El sano de cuerpo, abundante en riquezas y dotado de entendimiento”.
Acabó diciendo: “No te enriquezcas con injusticias; ni publiques el secreto que se te ha fiado. El bien que hagas a tus padres, espéralo de tus hijos”.

22 abril 2007

Celo y ardor en los bóvidos.

Una vaca en celo expresa su “ardor” con conductas fácilmente observables: Acepta de buen grado la monta de otra compañera si el macho no está disponible o se deja montar por el toro desviando el rabo. Secreta mucosa por la vulva. Aparecen también lamidos, olfateos bramidos e intentos de monta a sus compañeras. Disminuye su apetito y muestra nerviosísimo y desazón. Otra señal inequívoca de que la hembra está receptiva ocurre cuando huelen su orina otros miembros de la manada; al liberar hormonas sexuales (feromonas) en ella, provoca este olor la elevación de la cabeza con los labios fruncidos y dilatación de las fosas nasales. Es entonces el momento de avisar al veterinario para que la insemine artificialmente con semen de un toro seleccionado genéticamente con peculiares características que le pueden venir bien al ganadero. En ocasiones sucede que esta maniobra no obtiene los resultados deseados, ya sea porque la detección del celo no ha sido exacta o bien porque el semen no estaba en su punto o porque alguna disfunción en el organismo de la vaca lo impide. Después de varios intentos infructuosos se recurre al procedimiento natural ya que muchos ganaderos creen (no gratuitamente) que los índices de preñez son más altos cuando es un toro el que se usa en lugar de la inseminación artificial.
Con la esperanza de que los espermatozoides hayan sido depositados ene l lugar adecuado y en el momento oportuno, esta vaca ratina fue cubierta ayer por un toro de la misma raza. Transcurridos unos minutos después de la monta, la vaca, aún encogida, orinó. El dueño del toro aseguró que “ vaca meada, vaca preñada”. La confirmación o no de tal sentencia se sabrá dentro de veintiún días.



20 abril 2007

Contradicciones.


Anacarsis fue un filósofo escita que viajó a Grecia para ver las leyes y las costumbres de los griegos con el fin de reformar las de su país y establecer el modelo griego, pero lo que vio no debió gustarle mucho. Dice Diógenes Laercio que se asombró de que entre los griegos criticasen y juzgasen las obras de las que no eran artífices; también se maravillaba de que pusiesen leyes contra los que injuriaban y, sin embargo, honraban a los atletas y luchadores que se herían mutuamente. Se desconcertó al ver cómo los que prohibían mentir, mentían abiertamente en las tabernas y se horrorizó de que el foro fuese un lugar destinado a mutuos engaños y fraudes.
Así pues la contradicción, cuando no la mentira, ha estado presente desde tiempos remotos. Da igual que fueran griegos, bárbaros, romanos o que sea la sociedad actual. Cambiar de la verdad a la mentira y de lo cierto a lo dudoso es una constante a lo largo de la historia. No parece que haya muchas diferencias entre los fundamentos de las sociedades antiguas y los de nuestra sociedad.

18 abril 2007

¿loco o culpable?


Proliferarán estos días miles de hipótesis explicativas sobre el por qué del comportamiento de Cho Seung-Hi, estudiante de la universidad Virginia Tech, que mató a tiros a 32 personas. Se hablará de trastorno o perturbación mental, de depresión, de comportamientos extraños, de personalidad enfermiza, de psicopatía o de cualquier otra etiqueta sacada del DSM IV. Si damos por buenas estas explicaciones, no tendremos más remedio que sacar a Seung de la criminalidad para meterlo en la enfermedad y, si fuera así, su comportamiento no sería judicialmente punible sino médicamente tratable o, al menos, biológicamente explicable.
Si son la locura, la demencia o la psicotapía las causas de la aberración comportamental cometida, es claro que Cho es inocente o no responsable de sus actos, pero la patologización o psicopatologización de su comportamiento, lejos de “humanizarle” lo que hace es quitarle su “dignidad” como ser humano, al desposeerle de la libertad de actuar como lo hizo. Además, no podemos pedir que responda de sus actos ya que esto solo puede hacerse con personas libres y responsables.
Quizás por eso Cho Seung-Hi se suicidó, porque se vio responsable de sus actos y comprendió que era de tal magnitud la culpa que no le faltaron las fuerzas para preferir la muerte a la cárcel o al sanatorio.

17 abril 2007

Candidatos.


Cuando Numa Pompilio tenía cuarenta años, llegaron a su casa dos mensajeros romanos para ofrecerle ser rey de Roma. Hicieron un breve discurso porque pensaban que tan gran oferta necesitaría de pocos argumentos para convencerle, pero pronto comprobaron los emisarios que necesitarían muchos ruegos y palabras para persuadirle, ya que estaba Numa acostumbrado a vivir en completa paz y tranquilidad y veía que Roma estaba abocada a la guerra.
Tomó la palabra Marcio, su padre, diciendo: “Toda mudanza en el método de vida es peligrosa, y a quien nada le falta de lo que ha menester, ni nada de lo presente le da disgusto, sólo la ignorancia puede moverle y apartarle de aquellas cosas a que está hecho; las que cuando nada más tengan para ser preferidas, en la seguridad a lo menos se aventajan mucho, a las que están por ver”.
Todos los partidos políticos envían estos días emisarios a ofrecer a diversos candidatos el poder y la gloria y, lejos de mantener una postura como la que defendió Marcio, se lanzan en las listas a la búsqueda de votos que les coloquen en poltronas municipales y autonómicas; nada importa que su vida sea tranquila, ni los cambios peligrosos ni que sea mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y es que en periodos como este, la sensatez, la cordura, la cautela y hasta la prudencia tornan en temeridad, desfachatez y ambición cuando hay el mínimo atisbo de poder, aunque sólo sea para mandar a unos pocos y para conceder míseros privilegios y no tan escasas licencias.

14 abril 2007

Infancia y mascotas.


Cuenta Plutarco que paseando César por la ciudad de Roma se encontró unos forasteros ricos que llevaban en brazos a perros y a monos. Asombrado ante tal comportamiento, les preguntó que si en su país las mujeres no parían niños, ya que era del parecer de que la inclinación natural de los humanos se encamina al amor y al afecto familiar. Sin salir de su asombro, constató que muchos hombres y mujeres, debiendo la ternura y el cariño sólo a los de su especie, sin saber por qué y sin motivos aparentes, los trasladan a las bestias.
Censuró estas relaciones, considerándolas un espectáculo indigno que hacía caer en el olvido las cosas bellas y útiles.
Si César se paseara hoy por cualquiera de nuestras ciudades y viera a los perros vestidos con traje de lana o tergal, a los gatos saliendo atusados de las peluquerías en brazos de sus dueños o el culto y trato dado a los numerosos animales que tienen los habitantes de la urbe, su indignación cambiaría a enfado y cabreo, sobre todo si descubriera, además, que esas sublimes relaciones que se mantienen con los brutos, se niegan sistemáticamente a crías humanas: alrededor de la mitad la infancia del planeta carece de los bienes y servicios básicos. Millones de niños y niñas están desnutridos, sin agua, ni acceso a los servicios básicos de salud y educación, mientras que las mascotas disfrutan, no ya de alimentos enriquecidos con vitaminas y minerales, sino de clínicas de cirugía estética y hasta hoteles de lujo para pasar sus vacaciones.

12 abril 2007

Saludar dando dos besos.

Algunos historiadores mantienen que cuando los griegos tomaron Troya, muchos troyanos lograron huir en sus naves y con el viento como motor y la deriva como destino, llegaron a orillas del Tíber. Los hombres fueron a explorar el territorio y quedaron las mujeres sin saber que hacer y muy cansadas de tanto navegar, hasta que a una de ellas, llamada Roma, prudente y de alto linaje, se le ocurrió quemar las naves y acabar así con la peregrinación sin rumbo a que los hombres les habían sometido. Al ver el fuego, los hombres se enfadaron, pero pronto comprobaron que la vida les marchaba mejor de lo esperado ya que el clima era excelente y las gentes que encontraron muy amables. Entonces, en honor a aquella mujer llamada Roma, pusieron ese nombre a la ciudad. También se dice que la costumbre que tienen las mujeres de dar dos besos a los que les presentan y a sus maridos procede de que estas mujeres saludaron así a los hombres después de la quema de las naves por miedo y por contentarles de su enfado, según cuenta Plutarco.

11 abril 2007

Deseos y esperanzas.


Están los humanos tan ocupados en sus trabajos para conseguir las cosas que desean y tan cargados de responsabilidades mantener lo conseguido, que casi no tienen tiempo para comer, dormir y menos para disfrutar. A veces les faltan las fuerzas y el juicio, les cambian los apetitos y se les desordenan los deseos, ya que lo que querían hace tiempo, lo aborrecen ahora; y lo que alcanzaron con gran esfuerzo, con desprecio lo abandonan. Desean una cosa, hacen lo posible e imposible por conseguirla, una vez que la alcanzan la aborrecen y comienzan de nuevo a desear otra hasta que la consiguen y así acaban antes con su vida que con la esperanza de alcanzar los deseos. Entonces, la probabilidad de satisfacer los deseos es una definición de la esperanza humana. Implica la ausencia de alguna contingencia agradable y reforzante y la anticipación y creencia en la posibilidad de llegar a ella. En cambio, la desesperanza, desesperación y/o depresión vendrían determinadas o bien por la ausencia de deseos o por la falta de habilidades para conseguir los que se tienen, porque el sujeto desesperado ve los sucesos como inevitables, sin ninguna opción de cambio y que nada se puede hacer para escapar del avieso destino.
Cuando los deseos son desmedidos o cuando su ausencia es casi patológica, recuerdo a Tales de Mileto que, preguntado por qué no procreaba hijos, respondió que «por lo mucho que deseaba tenerlos» y aconsejándole su madre que se casase, respondió que «todavía era temprano»; pasados algunos años, insistió su madre con mayor ahínco y dijo Tales que «ya era tarde».

09 abril 2007

Cortarse el pelo (y la barba).


Acuden las gentes a las peluquerías con el fin de que les acicalen las cabelleras. Lo hacen unos para modificar su imagen, otros porque lo tienen largo y se gustan más arregladitos, otros porque lo tienen deteriorado, otros para probar un corte atrevido o a la moda, pero el origen de trasquilarse, si hacemos caso a los clásicos, está en los Abantes, aunque también los árabes y los de Misia se rasuraban y la razón por la que lo hacían no era estética sino que en las feroces batallas que mantenían con los enemigos, en ocasiones llegaban a las manos y al raparse evitaban dar al enemigo un asidero gratuito.
Siguiendo este ejemplo Alejandro magno ordenó que todos sus soldados se afeitaran las barbas, porque si las tenían largas el enemigo podía agarrarse a ellas.
Una vez más, con fundamentos diferentes, tenemos los mismos resultados: el pelo cortado y la barba afeitada, unos por estética y otros para probabilizar la victoria.

07 abril 2007

Día mundial de la salud.

Ahora resulta que el día mundial de la salud no es el día del sorteo de la lotería de navidad, cuando a falta de fortuna con los bombos, recodamos que, al menos, tenemos salud. Es hoy el día de la salud, según la OMS. Para celebrarlo, ha hecho público un documento temático titulado “Invertir en salud para forjar un porvenir más seguro”. En él se ve claramente que la salud no depende tanto de los organismos, sino del entorno. Así, destaca que las nuevas enfermedades se deben en parte a los grandes cambios que el hombre está introduciendo en su manera de habitar el planeta; que las emergencias humanitarias son el resultado de crisis tales como desastres naturales, escaseces de alimentos y de agua, los conflictos armados, la malnutrición, los desplazamientos de población y las enfermedades mentales; que la amenaza de derrames, fugas y vertidos químicos, de fusión del núcleo de centrales atómicas y de uso de armas químicas evocan imágenes de ataques por sorpresa o accidentes; que la intensificación de las olas de calor causa sequías persistentes que ponen en peligro los cultivos comerciales y alimentarios, los rebaños y los modos de vida nómadas y que pueden dar lugar a escaladas de violencia. Que las inundaciones pueden provocar la contaminación de los sistemas de abastecimiento de agua, obligar a la gente a abandonar sus hogares y tierras, y originar nuevos criaderos de vectores transmisores de enfermedades. Y que las temperaturas más cálidas alteran los hábitos migratorios de las aves salvajes, y eso puede hacer más impredecible la propagación de los virus de que son portadoras, como el H5N1.
Pero esto no es nuevo, porque se sabe desde hace tiempo que el retroceso de enfermedades como la tuberculosis, escarlatina, difteria, tosferina y sarampión fue posible gracias a la mejora de la vivienda y a una disminución de la virulencia de los microorganismos, pero con mucha diferencia, el factor más importante fue una mayor resistencia del huésped al mejorar la nutrición. En los países pobres, la diarrea y las infecciones de las vías respiratorias superiores se registran con más frecuencia, duran más tiempo y provocan más alta mortalidad cuando la nutrición es mala, independientemente de que se disponga de mucha o poca asistencia médica.
Tal y como destaca Ivan Illich, La historia de las enfermedades, la antropología médica y la historia social de las actitudes hacia la enfermedad han mostrado que la alimentación, el agua y el aire, en correlación con el nivel de igualdad sociopolítica y con los mecanismos culturales que hacen posible mantener la estabilidad de la población, juegan el papel decisivo en determinar lo saludables que se sienten las personas mayores y a qué edad tienden a morir los adultos.
Decía el filósofo Esquines que “la salud del cuerpo ni se puede poner en precio ni menos comprar por dineros”, pero ser pobre es una variable de riesgo para la salud, al margen de todos los adelantos de la medicina.

05 abril 2007

A "caras" va la mano.

O a cruces. En la semana santa de León, mientras papones, seises y abades invaden las calles portando los pasos que representan escenas de la pasión, se inicia en litúrgicos locales de alterne la pasión por el juego de las chapas. El baratero anima a los jugadores, reunidos en corro, a que apuesten. El dinero de las apuestas está en el suelo. El jugador que es “mano” lanza al aire dos monedas y espera a que muestren su haz o su envés . Si ambas coinciden por la cara o por la cruz, quien apostó por una de las dos posibilidades recoge el dinero. Si la “ mano” gana, vuelve a apostar, el resto cubre la apuesta y se tiran de nuevo las monedas ante la mirada del baratero que, como si de un árbitro se tratara, juzga si la tirada ha sido válida o no. Si no ha sido legal, porque las monedas chocaron contra el techo o contra algún jugador, grita “badajo” y queda anulada la tirada, repitiéndose el lanzamiento. Lo mismo ocurre si una moneda muestra la cara y otra la cruz. Así transcurre la noche, mientras los dineros cambian de mano según el azaroso capricho de las dos monedas. Este juego sólo es legal en semana santa, justificado porque recuerda el juego que practicaron los soldados romanos para ver quien se quedaba con la túnica de Cristo. Sea por esto o sea por recordar que la vida misma es un juego, se demuestra que el que juega por necesidad, pierde por obligación, tanto en la vida como en el juego.